Mutanti es una pieza escultórica que busca desarrollar una relación directa con los habitantes del edificio. Surge del deseo de crear una obra que permita a las personas reconectarse con la observación de los fenómenos y las fuerzas de la naturaleza, así como iniciar algún tipo de camino en pos del cuidado del planeta. Realizada en acero inoxidable, la pieza es una estructura tubular de 70 metros lineales que se despliega como una lombriz por las terrazas perimetrales del edificio. Una de sus partes, que simula entrar a la tierra y salir de ella ondulando con la fuerza de un gusano gigante, tiene múltiples accesos y funciona como receptor de los desechos orgánicos de los habitantes de la torre. Al acumularse en estas composteras, los residuos se degradan para generar compost; así, lo que se denomina “basura” se transforma en recursos para nutrir el suelo. Necesita, por lo tanto, ser apropiada por los habitantes del edificio y por quienes participen de su mantenimiento, y continuar activa como sistema. La obra busca conjugar y balancear visualidad, incidencia social, responsabilidad y sustentabilidad, con un tipo de gestualidad que se integre de manera orgánica con el paisaje de la ciudad. Las formas de las esculturas pretenden manifestar la existencia de algo anterior al edificio y proponen un tipo de urbanismo que mira hacia el futuro.